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La magia de tus pensamientos

Los pensamientos son como unos hilos misteriosos que van tejiendo nuestras vidas y nos conforman como seres humanos. Pero ¿Te has preguntado de dónde vienen esas ideas que nos hacen ser quienes somos?



Parte de la respuesta está en la química de nuestro cerebro, es ahí donde los pensamientos nacen y se convierten en una especie de recetario químico súper complicado.


En lo más profundo de nuestro cerebro hay millones de neuronas, estas neuronas se mandan mensajes con señales eléctricas y mensajeros llamados neurotransmisores.


Estos neurotransmisores mandan información súper importante para que las neuronas se comuniquen.


La dopamina, por ejemplo, comunica los estados de ánimo, la motivación y la sensación de recompensa. Su liberación se asocia con placer y el impulso de buscar experiencias que nos generen felicidad.


Cuando la sentimos, nos llena de alegría y nos motiva a hacer cosas que nos gustan.


Luego está la serotonina, que manda señales sobre cómo nos sentimos, cómo dormimos y hasta si estamos ansiosxs.


Gracias a ella se comunica nuestro Sistema Autónomo (el que regula todas las acciones que nuestro cuerpo hace sin que nos demos cuenta).


Cada pensamiento, cada emoción, activa muchas reacciones químicas. Se conectan y transmiten señales por todas partes del cerebro, haciendo que podamos pensar, sentir y recordar.


Imagina cómo te sientes cuando estás muy feliz, cuando recuerdas algo especial o cuando estás en una reflexión profunda. En esos momentos la química de tu cerebro está en acción, la receta sería una dosis alta de serotonina y dopamina, junto con otros neurotransmisores como la oxitocina, por eso puedes sentir cosas como cosquillas, calor o puedes llegar incluso a sonrojarte.


Lo mismo sucede con los pensamientos negativos o que nos generan sensaciones poco agradables como la tristeza y la ansiedad.


En el caso de la tristeza la receta sería: bajos niveles de dopamina y serotonina y altos niveles de norepinefrina y cortisol. Estos mensajeros darán la indicación de poca energía, pulso débil, poco apetito y llanto.


Para la ansiedad sería una combinación de la receta de tristeza con bajos niveles de otro neurotransmisor conocido como Ácido Gamma-Aminobutírico.


Ahora, ¿cómo podemos cambiar esa química para sentirnos mejor?


La magia de los pensamientos radica en que podemos aprender a controlarlos y de esta misma forma podemos generarnos momentos de bienestar.



Una de las partes de esta magia, es que el cerebro, siendo tan complejo como es, guarda una gran capacidad de memoria. Cada que tu accedes a un recuerdo agradable, la receta de químicos vuelve a hacer efecto, ya que esta receta está muy bien aprendida por tu cerebro.



Cosas como meditar, hacer ejercicio, comer sano y tener vínculos sociales nutritivos, buscar experiencias nuevas, aprender cosas y tener hábitos sanos, también pueden ayudar. Estas cosas impactan cómo funciona nuestro cerebro y cómo produce esos neurotransmisores, que le indican al cuerpo cómo sentirse.



Presta atención a tus destellos, que son lo opuesto a los disparadores negativos, son esos pequeños momentos de paz o alegría que permiten que nuestro sistema nervioso se sienta seguro y conectado. Cuando empieces a buscarlos, podrás encontrarlos en todas partes.



Los pensamientos no son solo ideas en nuestra cabeza, ellos revelan cómo nuestra mente y cuerpo se conectan. Entender esta relación nos acerca a entender un poco más quiénes somos y cómo podemos cambiar nuestra realidad entendiendo la magia y química de nuestra mente.



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